Los puntos ciegos son las cosas que no podemos ver en nosotros mismos, o tal vez elegimos no verlos. Los lugares sordos son las cosas que no escuchamos a nosotros mismos ni a nuestros clientes. Los puntos tontos son las cosas que no compartimos en voz alta, ya sea nuestra intuición, un desafío o una retroalimentación directa al cliente. La investigación (Bachkirova, 2015) muestra que los entrenadores se engañan a sí mismos cuando se trata de reflexionar solo. Necesitamos trabajar con un profesional reflexivo para hacer visibles los puntos ciegos, los puntos sordos audibles y los puntos tontos visibles.

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Puedes elegir el entrenamiento de mentor grupal, donde los miembros del grupo se turnan para entrenar a otra persona en el grupo, con el resto del grupo observando junto con el entrenador mentor. Todos en el grupo pueden aprender del entrenamiento de todos los demás, así como de su propia ronda de práctica. Un mentor ejerce influencia positiva en su mentorando y goza de su admiración y respeto. La palabra mentoring será utilizada como la acción de ser mentor. El European Mentoring and Coaching Council lo define como la “ayuda que una persona da a otra para hacer transiciones significativas en conocimiento, trabajo o pensamiento”. Entendemos por mentoring el proceso por el cual una persona experimentada ayuda en el desarrollo personal y profesional a otra, mediante la confianza y el compromiso. Si comparamos el papel del mentor con el del tutor, podemos decir que el papel del mentor es más estratégico, de mayor duración y de mayor profundidad en los temas. Mientras que un jefe puede desempeñar el papel de coach o el de tutor, los mentores no han de ser jefes directos del mentorando, pues se requiere de mayor confianza.