Este período que nos ha tocado vivir, de pandemia, de encierro, nos desafía en todas las áreas posibles, sumado a esto, la incertidumbre frente al avenir.
Las Organizaciones no están ajenas a ello, es precisamente la razón por la que muchas
se plantean el cómo estar con sus colaboradores en este difícil período, cómo acompañarles a sostener, contener, y armonizar, no sólo en lo laboral, sino también en lo familiar, personal y social.
Dado este contexto, quisiera invitarlos a un momento de reflexión, de conexión consigo mismo, de sosiego, de consciencia sobre quienes son, cuáles son sus propósitos personales y de equipo, tanto en lo laboral como familiar.
Qué estoy haciendo para mí?, con quienes converso mis miedos, mis penas, qué hago con ellas? Cómo se están cuidando en lo individual y grupal, cómo se apoyan?
Un período de crisis como el que estamos viviendo, nos genera un gran quiebre, nos saca de la cotidianidad en la que vivíamos, nos saca del piloto automático en el que solemos funcionar, y podemos ver sobrepasadas nuestras capacidades para adaptarnos a los cambios y dificultades que se nos presentan.
Esto genera reacciones emocionales, de tristeza, miedo, ansiedad, impotencia, podemos volvernos solidarios, individualistas, algunos se aíslan, otros buscan la compañía, unos se activan, otros se paralizan etc.
Cómo lo están viviendo ustedes, desde que emoción?
Las emociones, energías internas impactan nuestro organismo, y nuestro entorno.
Estudios chilenos y extranjeros muestran que los estados de ánimo se contagian y repercuten en nuestra salud y entorno, así como resuenan en todas las actividades que desarrollamos.
Aprender a reconocer nuestras emociones y validarlas frente a un quiebre, nos permite gestionarlas, y con mayor facilidad llegar a nuestro centro. Para ello busca un lugar tranquilo, dónde no seas interrumpido, siéntate, apoya tu espalda, apoya los pies en el piso y conéctate contigo mismo (a), con la emoción y tu cuerpo.
Saber reconocer la emoción nos permite entender y aceptar su presencia, saber qué lo desencadenó, qué nos pasa con esa emoción, dónde la siento en mi cuerpo, cómo es. Luego podremos analizar si hubo un involucrado o una situación, qué fue lo que lo generó, para así circunscribirlo al espacio y tiempo, a la circunstancia ocurrida, esto nos pondrá en condición de generar acciones o conversaciones que permitan reparar o salir del quiebre, evitando así, que nuestro estado de ánimo afecte nuestro entorno próximo.
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